Mitchell Marlow
Había una vez una pareja que vivía en Caracas, Venezuela. La pareja era conocida por toda la ciudad ya que eran personas amables: Iris y Pierre. Se conocieron en la escuela primaria y, desde entonces, eran grandes amigos. Al llegar a la escuela superior se dieron cuenta de que sentían algo más que amistad. Pierre consideró que el sentimiento era mutuo y se atrevió a hacer la pregunta que consideraba más importante. Debía hacerla, y se dirigió a ver a la chica. Iris se encontraba en casa, escuchó el timbre, fue a ver si era su madre que estaría de regreso, pero resultó que era Pierre. Al verlo, Iris no pudo contener su alegría y lo abrazó con entusiasmo. Sonrieron. Fue ahí, cuando Pierre preguntó:
—“Iris, quisiera llevar nuestra amistad a otro nivel. ¿Quieres ser mi novia?” –Iris respondió con un firme:
—“Sí”.
Pasaron unos meses. Pierre siempre había deseado jugar béisbol en las Grandes Ligas. Iris lo apoyaba. Un día a Pierre lo llamó un agente profesional y le dijo que lo querían contratar. Pierre se enfrentaba a una decisión difícil, ya que al firmar el contrato tendría que irse y dejar a su amada, por lo que la buscó; tuvieron una profunda y grata conversación. Iris por supuesto, lo alentó a que se fuera, que tenía que cumplir su sueño. Fue entonces cuando Pierre le declaró que su mayor sueño era ella, Iris. Pierre le prometió que estarían juntos en corto tiempo.
Así fue como Pierre se fue al extranjero, e Iris luego, le alcanzaría. Pierre le propuso matrimonio de forma original:
—“Ya no quiero que seamos novios, estoy harto” –Cuando Pierre dijo eso, Iris empezó a llorar; mas Pierre prosiguió:
—“No llores, es lo mejor para los dos; es por eso que quiero pedirte que seas mi esposa”.
Y los dos vivieron felices para siempre.
Imagen: La primera comunión de Picasso (1889). Tomada de http://amigajirafa.blogspot.com/2011/11/conocemos-el-cuadro-la-primera-comunion.html
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