Wednesday, June 13, 2012

HUCKLEBERRY


Por Jessica Jordan


          Trabajaba como asistente técnica en una clínica veterinaria —es tal tarea, un requisito para entrar a la escuela de veterinaria y, por esa razón, estaba allí. Mis días empezaban a las seis de la mañana y llegaba a mi empleo a las siete y media. Mi responsabilidad era cuidar gatos y perros con enfermedades, o que se estaban recuperando de alguna cirugía. Esta actividad me enamoró de la vida veterinaria, sin importarme que mirara solamente. Fue en la clínica de animales del Dr. Boyce donde encontré a mi nueva mascota.

          A veces el Dr. Boyce acoge gatos callejeros que los clientes traen a la oficina. Él tiene un corazón muy grande. Siente compasión por todos los animales perdidos o enfermos. Creo que es una cualidad importante en esta profesión. En algunas ocasiones otros asistentes traían gatos callejeros que encontraban en la ciudad pero, un día, mi compañera Sally trajo uno. Sólo era un gatito. El Dr. Boyce estimó que tendría cuatro meses —es posible adivinar la edad de los gatos solo observando sus dientes con detenimiento—. Tenía patas blancas, cola de punta y orejas negras; su cuerpo gris tenía rayas negras. Sus ojos eran verdes y amarillos.

          Sally me dijo que había encontrado al gato en Cardinal Greenway cuando hacía ciclismo. El felino trataba de huir de las bicicletas y, ella y su esposo, lo atraparon. Trataron de ponerlo cerca de un granero lejos del camino mientras terminaban su paseo. Cuando volvieron con sus bicicletas, lo recogieron.  Sally lo puso en su chaqueta y se condujo a un McDonalds. Alimentó al gato con los huevos de su sándwich. El próximo día lo trajo con nosotros. Susurraba cada vez que alguien lo cargaba y acurrucaba entre sus brazos. Todos lo amábamos. Hice carteles con mis compañeros para encontrar un dueño. Pero porque era muy travieso, después de tres meses, nadie lo adoptó.

          Recibió su nombre por su temperamento: me evocaba a Huckleberry Finn, el más diablillo. Como nadie lo quiso y a mí me gustaba mucho, finalmente, lo hice mío. Es mi mascota, y él: me adora.



Imagen de Huckleberry, de Jessica Jordan.
Imagen de ciclistas tomada de: http://es.123rf.com/photo_7513434_feliz-pareja-senior-anciano-ciclismo-en-parque.html