Erin Denny
Érase una vez una chica llamada Faryn –mozuela que apenas si sabía tocar el violón acompañada por el hermoso silbido de su canario de fama internacional conocido por Piolín–; quien amaba a un joven endiabladamente apuesto que respondía al nombre de Rich. El zagal era originario de un planeta distinto y, le robó el corazón, el alma y todo, deslumbrándole los ojos.
Pero había un problema: estaba casado y, Faryn se desencantaba llorando a mares. Lo peor del asunto era que le había conquistado sin que jamás le mencionara a su esposa. La señora de Rich se llamaba como una ironía Margaretha Gertruda. Y ella sí que sabía hacer algo muy bien: romper corazones. Destrozó el pobre e, incauto, corazón de Rich –bueno, eso es lo que afirmaba el galán–. Por desgracia, en su cultura, era imposible el divorcio y, tal precepto arrojó al enamorado a las cumbres borrascosas de igual manera que a Faryn.
Fue una larga historia –que nuestra página no alcanza a cubrir– que se extendió de ciudad en ciudad bajo la especie de que un mancebo manipulaba a su consorte y, que ésta, también conocida como la bruja Matahary, enojadísima de tal modo, lo convirtió en rana. La mejor amiguita de Margaretha Gertruda era Perséfone, la diosa de las estaciones que interpretaba muy bien a Vivaldi y quien la había introducido en los secretos de la magia negra. Perséfone decidió que su íntima amistad necesitaba un descanso de ese esposo tan aburrido que no sabía tocar ni la puerta. La llevó a un restaurante local a tomar unos brebajes mágicos para olvidar. Ya cuando estaban allí, se toparon con Faryn sin saber quién era. Faryn sí que las conocía –por los quejidos de Rich, quien cínico e hipócrita le había hecho objeto de sus supuestas penas sentimentales–, se enfureció de tal manera que tuvo que ir al cuarto de los abanicos, que estaba en la parte de atrás del restaurante, al lado opuesto del cuarto de las pipas, para tratar de calmarse. Mientras estaba en la parte de atrás su compañero musical, Piolín, se le acercó, y le preguntó si se sentía bien. Ella respondió de manera afirmativa aunque con ojos llorosos. En ese momento, ambos escucharon un ruido estridente que procedía de la salida de emergencia. Piolín, con una varita mágica abrió la puerta para encontrarse con una rana que sólo llevaba puesta una corbata de lazo. Faryn gritó que sabía que tenía que ser Rich.
—¡Debe de haberse divorciado de su esposa en un loco intento por apaciguar mis emociones incómodas sobre nuestra relación! –Piolín fraguó un plan de inmediato, aunque se temía que no fuese del agrado de Faryn:
—Si vamos con Irene y le pedimos que bese a esta rana, de seguro que se convertirá de nuevo en Rich. –Faryn estaba tan disgustada, confundida y desesperada que, con tal de volver a ver a su amado, estuvo de acuerdo.
Pasaron toda la noche tratando de emborrachar a Margaretha Gertruda y, por fin, ya cuando la tal, apenas se podía sostener en sus cuatro pies, consiguieron que la malévola esposa besara a la rana; mas aunque Margaretha Gertruda estaba muy mareada le cerró un ojo a Perséfone, pues recordaba que cuando por la mañana había embrujado al infidente Rich, éste, acababa de darse una ducha y sólo llevaba una corbata puesta al cuello.
Lo besó y, como si Piolín hubiese usado de nuevo su varita mágica, aparecieron los oficiales de la policía quienes se los llevaron a todos a la comisaría acusados de faltas a la moral y confabulación delictiva.
A la semana siguiente de los hechos, luego de que de nuevo Piolín les ayudara con un buen equipo de abogados, Faryn y Rich, se congraciaron, y vivieron felices para siempre.
Imágenes de la rana y la princesa de: http://www.dibujosparapintar.com/cuaderno_de_dibujo-dibujo.php?
Imagen de Piolín tomada de : http://www.google.com/imgres imgurl=http://www.quierodibujos.com-
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